Reseña: El temor de un hombre sabio, de Patrick Rothfuss

martes, 29 de septiembre de 2015


Plaza & Janés 2011 1190 páginas


"Hay tres cosas que todo hombre sabio teme: el mar durante la tormenta, una noche sin luna y la cólera del hombre afable". La rivalidad con un poderoso noble obliga a Kvothe a dejar la universidad y buscar fortuna en el extranjero. Sin rumbo y sin dinero viaja a Vintas, donde no tarda en verse enredado en la política de una sociedad distinguida. Mientras intenta congraciarse con un poderoso noble, descubre un intento de asesinato y conduce a un grupo de mercenarios a tierras remotas para solucionar el misterio de quién está abordando a los viajeros del camino del rey.

Reseña

Llevo unos cinco minutos delante de la pantalla pensando qué escribir en esta reseña que no sea un simple: leedlo. Así que como no sé por dónde empezar, vamos a lo básico: El temor de un hombre sabio es la segunda parte de la trilogía (inconclusa) Crónica del asesino de reyes. Es fantasía, novela de aventuras aderezada con buenas dosis de magia, en un mundo fantástico muy bien construido y con un personaje protagonista de diez. El temor de un hombre sabio es, sobre todo, una historia terriblemente bien contada. Y ese es el mejor piropo que le puedo echar a un libro.

Empecé a leer los tochos considerables que escribe Patrick Rothfuss (el primero tiene más de 800 páginas y este segundo casi 1200) por la morriña que me dejó Canción de hielo y fuego al terminar el quinto libro. Quería seguir explorando en el terreno de la fantasía, pero no tenía ni idea de por dónde hincarle el diente. Y ahí estaba la historia de Kvothe, a buen precio, en edición de bolsillo y con críticas que lo ponían por las nubes. Me lancé, me enganché y lo disfruté incluso más que Juego de tronos. Y eso que, a pesar de que comparten la etiqueta de fantasía con tintes medievales, no tienen nada que ver: a este le falta sangre y todas esas intrigas políticas con las que Martin teje sus libros.

Pero no importa en absoluto. El ritmo es ágil y las páginas van pasando sin que uno se dé apenas cuenta. Con una trama considerablemente más sencilla —sencilla si la comparamos con la enciclopedia que es Martin, claro, pero mucho más compleja que la media— consigue un tono épico muy logrado. Y el mérito se lo lleva su protagonista. Kvothe. Músico, huérfano, arcanista, caradura y leyenda por sus logros pero también por las historias que cuenta para agrandar su mito. Comienza su andadura en las calles de Tarbean, la capital del reino, con sus padres muertos y luchando por sobrevivir. Gracias a su inteligencia consigue acceder a la Universidad, el lugar donde se preparan los arcanistas, una rara avis a medio camino entre mago y científico. Y en este segundo capítulo de su historia, empieza a viajar, a ver mundo y a convertirse en el héroe del que todos hablarán después.

Kvothe está lejos de ser un personaje modélico. Al principio no es más que un adolescente prepotente, tan increíblemente inteligente como gilipollas. Rothfuss se encarga, sin embargo, de que la vida le dé unos cuantos golpes y lecciones. En el primer libro apenas hay evolución y a ratos me resultó fastidioso lo cargante y marisabidillo que era. Pero aquí Kvothe, fuera de los muros de la Universidad, enfrentado a situaciones y a personajes diferentes, comienza a madurar. Siempre sin perder ese toque caradura que le hace irresistible.

A esa maravilla de protagonista que carga con la historia sobre sus hombros le acompaña un mundo fantástico y un catálogo de personajes secundarios de esos de los que da pena desprenderse cuando terminas de leer. En la línea del poema épico, Kvothe centra siempre la acción y por eso en la primera parte, El nombre del viento, apenas atisbamos los confines de Temerant, el mundo en el que se desarrolla la historia. Ahora que el protagonista emprende camino hacia diferentes rincones, Rothfuss va desvelando poco a poco —siempre en pequeñas y frustrantes dosis—los engranajes políticos y sociales que hacen funcionar su fantasía.

La historia tiene otro misterio añadido, pues está contada en dos tiempos: el pasado, que el propio Kvothe narra en primera persona; y el presente, en el que el protagonista aparece derrotado, sin magia y sin fuerzas, aunque todavía no sabemos por qué. Rothfuss se ha sumado al carro de Martin de alargar el sufrimiento de sus lectores entre libro y libro, yo soy del club que odia empezar sagas sin terminar (y aquí estamos) y sé que si engancho a alguien a una trilogía inconclusa soy mala persona, pero... leedlo.



lo mejor
Kvothe, el tono épico, el gusto por contar bien una historia, sin recortar hasta desvirtuarla y sin cargarla de detalles innecesarios (por increíble que parezca al ver las casi 1200 páginas).
lo peor
Solo una cosa: que la saga no está terminada.


Sorteo segundo aniversario de Un kilo de libros

lunes, 28 de septiembre de 2015


Cumpleblog, cumpleblog. No celebré el primer aniversario del blog porque la fecha coincidió con uno de mis periodos de abandono. Y aunque parezca mentira por el poco recorrido de entradas que llevo, Un kilo de libros cumple ya dos años... con varios paréntesis y huidas mías de por medio. De las que no voy a hablar. Porque no se van a repetir.

En los últimos meses he acumulado unas cuantas pequeñas joyas que quiero compartir con vosotros ahora en un sorteo. Mirad y que se os pongan los dientes largos.



Premios


  • Dos marcapáginas más monérrimos todavía. Ambos hechos a mano, el primero es un instrumento musical y el segundo una ilustración de la catedral más bonita del mundo: la de León (esa es una afirmación objetiva, no tiene nada que ver que yo sea de allí).
  • Un librito muy curioso que me traje hace unos meses de Nueva York por partida doble, un ejemplar para mí y otro para sortearlo. Se llama Listography y es básicamente un cuaderno para hacer listas lectoras: libros que queremos que se conviertan en pelis, personajes de ficción con los que tendríamos una cita, nuestras portadas favoritas... Cada lista va acompañada por una ilustración y os aseguro que son incluso más monérrimas que los otros dos premios juntos.

Bases


  • El sorteo es nacional. Podéis participar si vivís en España o si, al menos, tenéis una dirección postal en España a la que pueda enviaros el premio.
  • Para realizar el sorteo necesito como mínimo cinco personas apuntadas.
  • La única condición para participar es rellenar el formulario que os dejo más abajo. Solo hay dos campos obligatorios: vuestro nombre y vuestro email (aunque he incluido otra pregunta sobre el blog por si os sentís inspirados y queréis echarme una mano para mejorarlo). Solo aceptaré un formulario por participante.
  • El formulario del sorteo estará abierto hasta el próximo día 8 de octubre a las 17.00 (hora peninsular española). El sorteo lo realizaré vía Sortea2 y anunciaré el ganador en el blog el día 9 de octubre. Le escribiré al correo que me haya dejado para pedirle su dirección postal y, si en el plazo de 72 horas no me responde, volveré a hacer el sorteo. Así, tres intentos; si no hay suerte, lo doy por cancelado.
  • No es necesario ni seguirme, ni compartir el sorteo en las redes o en vuestro blog. Pero si hacéis cualquiera de esas tres cosas (¡o las tres!) os lo agradeceré hasta el fin de mis días. Para las almas caritativas que se quieran llevar el banner, arriba tenéis el código ya listo.

Formulario para participar (¡Suerte!)


Mini-reseñas #4: Kioto y Relato de un náufrago

viernes, 25 de septiembre de 2015

Kioto, de Yasunari Kawabata

A veces, cuando leo a autores japoneses, me siento tonta. Me suele ocurrir que al llegar al final, tengo la impresión de que me he perdido algo. No es una sensación necesariamente negativa y suelo disfrutar esas lecturas, pero como se disfruta algo que sabes que no comprendes del todo. Normalmente pienso que he pasado cosas por alto mientras iba leyendo, pero con Kioto ese agujero ya lo traía yo de serie. Porque para leer en condiciones esta novela una de las tres que citó el comité del Premio Nobel al concederle el galardón en 1968 creo que hay que tener un mínimo de cultura general sobre Japón, sobre sus tradiciones y, en especial, sobre la ciudad de Kioto.

Kawabata narra la historia de Chieko, una joven adoptada por una familia de acomodados comerciantes que, un buen día, descubre que tiene una hermana. Argumento sencillo que esconde un relato delicado y lleno de detalles. Hasta llegar a Kioto solo había leído a Kawabata en la trama de venganzas soterradas que es Lo bello y lo triste. Me sorprende que, manteniendo ese mismo gusto por lo estético, el autor se muestre aquí mucho más sosegado, cándido e incluso ingenuo en algunos momentos. La ciudad milenaria que da título al libro, antigua capital del imperio, es la verdadera protagonista, con sus templos y sus innumerables festivales, con sus cerezos en flor en primavera, sus talleres antiguos y sus calles aún más antiguas... Lo argumental pasa a un segundo plano frente a lo estético y la historia de la hermana perdida de Chieko tiene tanta importancia como el modo en que se colocan las tazas para la ceremonia del té o la descripción de los cerezos en flor en una tarde cualquiera de primavera. Para saborear con calma.



Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez

No sé qué es más interesante de Relato de un náufrago, la historia o su historia detrás de la historia. La primera (real) es la de Luis Alejandro Velasco, un marinero colombiano que en 1955 pasó diez días a la deriva en el Caribe después de caer por la borda del buque militar que le llevaba de vuelta a su país. Lo que hay detrás es la historia de un reportaje, aparentemente inofensivo, que destapó un caso de contrabando en el Ejército colombiano y que, en plena dictadura de Rojas Pinilla, empujó a un joven Gabriel García Márquez al exilio.

Relato de un náufrago se publicó originalmente en 20 entregas en el diario El Espectador. Para entonces, Velasco era un héroe nacional, los periódicos habían contado ya su hazaña hasta la saciedad y todo el país conocía sus peripecias. O creía hacerlo. Hasta que Gabo se entrevistó con el náufrago y, en primera persona, relató lo que de verdad sucedió. Aparte de las implicaciones políticas (el Ejército había atribuido la desgracia a una tormenta, mientras que en realidad el barco volcó por el peso de todo el material de contrabando que los militares transportaban desde Estados Unidos a Colombia), Relato de un náufrago es un ejemplo magnífico de cómo contar una historia. De cómo contarla bien. Sin artificio pero con emoción, sin barroquismos pero con estilo, sin apabullar pero con pulso y ritmo, sin exagerar la épica pero sin esconderla. Uno pensaría que la crónica detallada, día a día, de un náufrago perdido en el mar sin más compañía que sus pensamientos tiene todas las papeletas para caer en la categoría de aburrido. Nada más lejos de la realidad.

Cinco libros para... ver caer las hojas

martes, 22 de septiembre de 2015




El calendario ya dice que es otoño en este lado del mundo y, aunque las temperaturas no acompañan de momento, yo ya tengo preparada la bufanda para sacarla en cuanto pueda, la manta para enroscarme en el sofá con ella y estos cinco libros recomendados para leer mientras veo caer las hojas. Y me queda una estampa de postal.

Los años de peregrinación del chico sin color, de Haruki Murakami. Otoño es melancolía y melancolía es Murakami. La opción automática habría sido tirar de Tokio Blues, su obra más famosa, pero enseguida me vino a la mente este libro. Tsukuru es ese hombre sin color y sin personalidad que menciona el título, un personaje que se limita a dejar la vida pasar y que guarda una profunda herida desde hace 16 años. La historia trata de oportunidades pérdidas y de épocas pasadas, todo ello envuelto en el peculiar estilo de Murakami, ese que te deja con una pregunta en la cabeza al terminar: ¿Acabo de leer un sueño?

Fangirl, de Rainbow Rowell. El otoño es, además, sinónimo de nuevos comienzos. Con la mochila cargada de libros, de expectativas y de miedos comienza su primer curso en la universidad Cath, la Fangirl de Rainbow Rowell. No le voy a abrir los ojos a nadie mencionando este libro porque es uno de los fijos en la blogosfera, pero no me puedo resistir. Era eso o volver a recomendar a Harry Potter.

La trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Ni siquiera recuerdo en qué estación del año se desarrolla esta historia, que en realidad son tres y que en realidad no tienen final. Pero el otoño me parece un momento perfecto para pasear por las calles de Nueva York, en las se desarrolla este trío de misterios policíacos que nunca se llegan a resolver. Tampoco hace falta. Paul Auster traza con maestría el relato de tres personajes que se pierden a sí mismos buscando algo. Si lo llegan a encontrar es lo de menos.

Nada, de Carmen Laforet. Nada es melancolía, también. Y nuevos comienzos. Y opresión, angustia, suciedad, violencia, desesperanza. Todo cargado, al mismo tiempo, de la emoción más intensa y de la sensación de la más absoluta nada. No lo reseñé en su momento y me arrepiento porque es una de las mejores lecturas con las que me he topado en los últimos años. Leedlo. Da igual que sea otoño o no. Leedlo.

¿Hay alguien ahí fuera?, de Marian Keyes. Mi ídola suprema, junto con Rainbow Rowell. Tiene el don de hacerme pasar de la lágrima a la risa en cuestión de un párrafo. Pero con ¿Hay alguien ahí fuera?, la historia de la más desconocida de las hermanas Walsh, Keyes me tuvo con con el pañuelo en la mano prácticamente desde el principio hasta el final. Y cualquier otra cosa que diga sobre el libro es un spoiler, así que ahí me quedo.

Reseña: Persuasión, de Jane Austen

domingo, 20 de septiembre de 2015


Penguin Clásicos 336 páginas


Persuasión narra la historia de una mujer madura, sensible y menospreciada, que años después de haber rechazado al hombre que amaba, persuadida por un mal consejo, ve cómo éste reaparece en su vida, rico y honorable pero aún despechado. Una mujer que debe luchar para que el amor le conceda una segunda oportunidad. Publicada póstumamente en 1818, se considera una de las novelas más oscuras de Jane Austen, sin duda la más crítica con la sociedad de la época.


Reseña

Hay tres ingredientes que no fallan en una novela de Jane Austen: una protagonista inteligente y con personalidad (a veces más mojigata, como en Mansfield Park, a veces son incluso dos, como ocurre en Sentido y sensibilidad); un escenario de apariencias y formalidades que le sirven a Austen de excusa para afilar la pluma (y la crítica) contra la sociedad de la época; y un caballero para encauzar la trama amorosa. Pero esa fórmula aparece en Persuasión, su última novela, mezclada y agitada de forma diferente. Aunque con sutileza, como suele ocurrir todo en el universo Austen.

Persuasión prescinde por completo del engorro que supone a veces tener que escribir sobre una relación desde el momento en que esta empieza a fraguarse. Aquí, en lugar de una joven en edad de casarse que se enamora de un caballero y encuentra multitud de obstáculos en su camino, lo que hay son dos viejos amantes que se reencuentran cuando ninguno de ellos lo espera. Anne Elliott es la hija mediana de un baronet venido a menos. Invisible para su familia, hace años se guió por un mal consejo en boca de una buena amiga y rompió su compromiso con el hombre al que amaba. Cuando Frederick Wentworth regresa a su vida, es un respetado capitán que lo único que guarda para ella es resentimiento.

La trama amorosa guía las historias de Austen, pero no suele ser ni la parte más importante, ni la más interesante de ellas. En Persuasión, ese ingrediente de la fórmula Austen se repite. Uno pasa las páginas con avidez, en busca primero del reencuentro entre Anne y Wentworth, después de la reacción de ambos, y finalmente de la reconciliación. Austen dosifica esos intercambios de palabras y miradas de forma muy inteligente, introduce más personajes implicados para avivar la acción y buscar la reacción de sus dos protagonistas, todo ello hasta llegar a un final resuelto con ternura y emoción.

Pero el poso que queda de sus novelas siempre es el de la crítica social. Tan ligera como cargada de agudeza. Aquí, Austen centra el ojo en múltiples temas. Algunos son recurrentes, como la posición de las mujeres y cómo la sociedad las obliga a procurarse un buen matrimonio para asegurar su propia estabilidad. Otros los aborda con buenas dosis de comicidad, como las intrincadas relaciones que se establecen entre familiares y amigos, cubiertas de unas cuantas capas de buena educación para disimular los desplantes que se hacen unos a otros. Hay temas, también, en los que Austen afila la pluma más que nunca, algo que ocurre, por ejemplo, cuando compara a los viejos aristócratas, tan llenos de honor y vanidad como de deudas, con una nueva clase de orígenes más humildes pero capaces de utilizar las manos para labrarse un futuro con dignidad.

Si bien eché en falta algo más de empatía con los protagonistas y de sobresalto en la lectura, que peca en muchas ocasiones de lineal, me sigue maravillando la capacidad de Austen para crear personajes. Los construye a golpe de diálogos perfectos y el catálogo de secundarios que puebla las páginas de Persuasión es de lo más variado. Especial mención se merece la familia de Anne: un padre vanidoso que se rodea de espejos para admirar su propia belleza, una hermana mayor igual de bella y narcisista que su progenitor pero incapaz de encontrar un pretendiente, y una hermana menor dramática, excesiva y experta en ser siempre el centro de atención. Como siempre, Austen camina sobre la fina línea que separa la crítica de la caricatura. Y, como siempre, lo hace sin perder el equilibrio.


lo mejor
Es Austen, algo más reposada, pero siempre irónica y aguda. Los personajes secundarios, de todos los pelajes, y los diálogos. El ritmo y la lectura son rápidos y ligeros.
lo peor
No hay sorpresas ni giros en el argumento, como en otras historias de la autora. Los dos protagonistas resultan algo distantes.

Sopa de libros #2 ¿Adivinas de qué libro hablo?

miércoles, 16 de septiembre de 2015

No sé si esto es un reto, una adivinanza, una mutación entre el crucigrama y la sopa de letras o una forma de hacer espacio entre la cantidad abrumadora de enlaces que almaceno en mi carpeta de favoritos. Lo que os propongo es un pequeño juego, muy sencillo. En cada post de esta sección recopilo material interesante que he visto por Internet y, además, escondo parte del título de un libro. Para adivinarlo, os daré una pista antes de empezar y señalaré en mayúsculas las letras (en orden, lo pongo fácil) de esa parte del título.

pista
El segundo capítulo de una saga best-seller que ahora está en las manos (y en la pluma) de otro.

1. ¿Cómo se pronuncia Voldemort? Siete libros y ocho películas después, a Rowling se le ocurre desvelar cómo hay que pronunciar el nombre de Voldemort. Y sí, lo estás haciendo mal.

2. Lolita y Humbert Humbert. El 15 de septiembre, además del 125 aniversario del nacimiento de Agatha Christie, celebrábamos que se cumplían 60 años desde que la primera edición de Lolita vio la luz. Lo leí (y lo sufrí) hace justo un año. Para mí, cruza una línea roja que yo ni siquiera sabía que tenía en la mente antes de leerlo, pero... ¿se habría publicado hoy una novela así?

3. Soplan vIentos de invierno. De esas historias de hasta que no las vea, no me las creo. Pero el editor de George R. R. Martin en España ha dado una fecha para el sexto libro de Canción de hielo y fuego: 2016. Veremos.

4. Portadas para Coleccionar. Porque no puedo resistirme a compartir portadas bonitas. Y así aprovecho para enlazar a un blog de esos que me tienen enamorada: Bosque de Marbaden, que cada lunes recopila portadas para enmarcarlas y babear delante de ellas un rato. Y si de portadas hablamos, Alejandra, de Un día de otoño, nos enseñaba hace un par de semanas el aspecto que va a tener la versión en español de Landline, el último libro de Rainbow Rowell, que Alfaguara publicará este otoño con el título Segundas oportunidades.

5. En los mÁrgenes. Soy de las que intentan dejar los libros impolutos (aunque esos viajes en el bolso metro arriba, metro abajo no hay quien los aguante con la dignidad intacta). Pero también los hay que dicen que escribir en los márgenes de los libros no solo no es un pecado, sino que además es saludable. A mí, de momento, no me convencen.



Esta vez creo que lo he puesto un poco más complicado. La solución la encontráis después de pinchar en leer más. Pasad el ratón por encima del hueco en blanco y veréis la portada del libro.

Reseña: Felices por siempre jamás, de Stephanie Perkins

lunes, 14 de septiembre de 2015


Plataforma Neo 2014 400 páginas


Enamorarse en la ciudad más romántica del mundo es fácil para la soñadora Isla Martin y el enigmático artista Josh Wasserstein. Pero a medida que avanza el último curso en la School of America de París, Isla y Josh se ven obligados a afrontar la desgarradora realidad: quizá, su historia no termine con un "felices por siempre jamás". ¿Seguirán juntos cuando los días en el instituto se acaben? ¿Será su amor más fuerte que la distancia? Su romance se convertirá en un apasionante viaje por Nueva York, París y Barcelona, acompañados de sus amigos Anna, Étienne, Lola y Cricket.

Reseña

Antes de abrir un libro juvenil, a veces es necesario hacer una pequeña preparación mental previa y decirse a uno mismo: “Venga, no me importa que me vaya a caer encima todo el armario de tópicos adolescentes”. Con Felices por siempre jamás es aconsejable aplicarse el cuento porque sus páginas están llenas de esos clichés que pueblan el maravilloso mundo YA. Comenzando por el título que, por una vez, la traducción al español no empeora. Pero si uno asume desde el principio (e intenta que no le importe) que el argumento va a tener su buena dosis de drama adolescente inflado con unos cuantos te-quiero-no-puedo-vivir-sin-ti en boca de niños de 17 años que no tienen ni idea de nada, la historia incluso se disfruta.

Isla es la tercera (y última) de las protagonistas femeninas de esta trilogía de historias de amor juvenil que recorren París, San Francisco y Nueva York. Este último libro vuelve al lugar donde comenzó la historia con Anna y Étienne en Un beso en París: un internado en la capital francesa para niños bien estadounidenses. Stephanie Perkins se centra en esta ocasión en Josh, el amigo del carismático Étienne, que vive y respira solo para dibujar sus cómics. Cuando sus compañeros se gradúan un año antes y él se queda solo en la ciudad, comienza a reparar en Isla, la chica tímida de su clase que lleva años enamorada de Josh.

pandanemar.tumblr.com
Para ser la típica historia de enamoramiento enquistado durante varios años (te quiero, pero no me miras, un día hablamos, pero... ¡ay! ahora tienes novia), Perkins resuelve el nudo amoroso en los primeros compases. En apenas unas cuantas páginas, Isla y Josh ya son felices y a punto de comer las perdices que anticipa el título del libro. Hasta que los dos cometen una estupidez. Porque son jóvenes y casi no saben ni por dónde les da el aire. Porque Josh es un pelín egocéntrico y está demasiado absorto en su propio mundo. Porque Isla roza la paranoia y los celos absurdos. Y no, ninguno de los dos me resultó especialmente simpático, aunque en defensa de Perkins admitiré que todos esos defectos típicos de la adolescencia les dan un toque muy realista.

El drama dramático que obliga a Isla y a Josh separarse durante otras cuantas páginas me resultó forzado y sacado de madre. Aunque, al igual que los defectos irritantes de los dos protagonistas, va muy en consonancia con lo que es ser adolescente y hacer gilipolleces por un chico. Le concedo a Perkins tres cosas que sabe hacer muy, muy bien: crear buenos personajes secundarios, arropar sus historias en escenarios que se convierten casi en protagonistas (París y Nueva York, esa sí que es una buena historia de amor) y escribir escenas de las que te arrancan la sonrisa tonta. Al juntar las piezas, Isla pierde fuerza. Pero por separado, algunas partes funcionan de maravilla y son prácticamente perfectas. La autora tiene un don para manejar el azúcar en su punto justo: sin empacharse y sin quedarse a medias.

Dicho esto, a Isla y a Josh no les daría más de dos meses juntos en la vida real. Pero oye, qué libros más monos le salen a Perkins.


lo mejor
Los paisajes que acompañan las historias de Perkins, con París y Nueva York como telón de fondo en este último libro y una aparición estelar de Barcelona. El encanto que tiene la autora para escribir escenas de esas que arrancan un suspiro.
lo peor
La trama no daba para mucho y llegar a resultar algo forzada e inflada. Los personajes no me movieron en absoluto e incluso, a ratos, me cayeron gordos.

Recuento #7: Agosto 2015

sábado, 5 de septiembre de 2015

Soy feliz porque Goodreads me dice que solo llevo ocho libros de retraso con respecto a mi reto de este año. Sí, suena mal, pero no he conseguido leer ni la mitad de lo que me propuse, así que permitidme que piense en positivo. En agosto le he dado un pequeño empujón a mi estantería y he conseguido tachar seis libros (!) de mi lista de pendientes. Y sin vacaciones de por medio.

Ahí va el recuento, del que por el momento solo han caído dos reseñas (Isla está en camino y Red Queen me lo guardo para cuando salga en español este otoño):