Cinco libros para... los 364 días del año que no son San Valentín

domingo, 15 de febrero de 2015



¿Más San Valentin? Cuando creíais que ya habíamos dejado atrás la sobredosis de corazones, de color rosa y de hashtags en Twitter para celebrar el día de los enamorados (y de la amistad, claaaaaaro), llego yo con esto. En mi defensa diré que mi intención era hacer una entrada lo más opuesta al espíritu de San Valentín. Por eso he reunido cinco libros con algo en común: todos encierran una historia de amor que, por el motivo que sea, está libre de pasteleo y prescinde de cualquier recurso facilón con el que sacar al lector una sonrisilla tonta. Son historias de amor anti-San Valentín.

Jane Eyre, de Charlotte Brönte. En mi otra vida de escritora, esta es la historia de amor que me gustaría escribir. Me estrujó el corazón y el estómago, me hizo sonreír y llorar, sufrir y respirar aliviada. Sin azúcar, ni melodrama innecesarios. Solo con la conversación inteligente y la conexión magistralmente trazada entre Jane Eyre y el señor Rochester, dos personajes brillantes.

El lado bueno de las cosas, de Matthew Quick. En teoría, es lo opuesto a una comedia romántica. Sobre el papel, me resultó una de las comedias más románticas y desternillantes que he leído. A su manera. Sobre todo la parte del romanticismo. Pat, el protagonista, acaba de salir de un centro para personas con enfermedades mentales y está dispuesto a recuperar a su mujer. Entonces conoce a Tiffany, viuda y con una reputación en cuanto a los hombres muy mala a sus espaldas. Pocas parejas me he encontrado en las páginas de un libro tan disfuncionales, divertidas y entrañables como esta.

Divergente, de Veronica Roth. Una de las cosas más refrescantes de la saga Divergente es que se aleja de lo que parece haberse convertido en un ingrediente básico en toda novela juvenil: el triángulo amoroso. Lo sufrí en Crepúsculo y en Los juegos del hambre, lo estoy sufriendo en la trilogía Grisha e incluso tuvimos un conato en Harry Potter (que quedó en nada, por suerte). En Divergente no hay rastro de drama a tres bandas y se agradece. Como también se agradece que la relación de Tris y Cuatro apenas tenga azúcar.

Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie. Americanah sigue a través del tiempo y del mundo la historia de amor de Ifemelu y Obinze, rota por el estallido de protestas populares en la Nigeria natal de ambos. Desde que ella dejara el país rumbo a Estados Unidos, siendo adolescentes, ambos han cometido errores. Han conocido a otras personas y han rehecho su vida. El recuerdo del primer amor está envenenado y muy lejos del ideal que ellos guardan en su cabeza, pero la autora logra retratar una relación tan maltratada por el paso del tiempo, como real por lo complejo de sus protagonistas.

El club de la lucha, de Chuck Palahniuk. No se me ocurre pareja más anti-romántica para cerrar este capítulo de historias de amor anti-San Valentín que la que forman Marla Singer y el protagonista de El club de la lucha, cuyo nombre, por cierto, nunca llegamos a saber. 

3 comentarios:

  1. Hola^^
    Jane Eyre, El lado bueno de las cosas y El club de la lucha me llaman mucho.
    ¡Gracias por las recomendaciones!
    besos

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  2. He visto reseñas de Americanah que hablan muy bien de este libro. Al final me lo voy a tener que leer XD

    Me hacía falta un post así porque soy anti-romantica total y estoy Grey y esas cosas hasta el mismisimo (respetando siempre a quien le guste) pero en estas fechas tan empalagosas necesito personajes como Pat y Tiffany

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  3. De los que has puesto sólo he leído Divergente y de los demás, el que más quiero leer es Jane Eyre. Y de hecho este año planeo leer más clásicos y por eso ya estoy haciendo planes para poder comprar algunos que deseo en las ediciones que me gusta. Con El Lado bueno de las cosas creo que primero necesito terminar de ver la película para ver si me animo o no a leer el libro.

    Un beso enorme, Bárbara<3

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