Lo mejor y lo peor de 2014

martes, 30 de diciembre de 2014

Casi se nos escapa ya el año 2014, que me ha dejado 30 libros leídos en la mochila, un par de decepciones y otros dos que van directos a mis cajón de lecturas favoritas.

lo peor
Perdida, de Gillian Flynn. No soy sospechosa de tirar por el suelo el típico best-seller del año. Suelo disfrutarlos y los leo sin reparos y sin prejuicios, pero en Perdida no fui capaz de encontrar nada bueno, excepto que, por lo menos, se avanza rápido en la historia. El argumento, lleno de giros imposibles, me pareció más el de un telefilm de sobremesa que el de una novela coherente. La reseña, aquí.

Lolita, de Vladimir Nabokov. Me duele incluirlo entre mis peores lecturas del año, pero más me dolió leerlo. Sé que debería ser una delicia, que con solo leer la primera página es evidente que Nabokov es un maestro de la palabra, no sólo para servirse de ella y contar historias, sino para hacer que sus frases tengan una sonoridad y una estética que las convierten en bellas por sí mismas, más allá del contenido. Pero el contenido de Lolita traspasa para mí una línea roja que ni siquiera yo sabía que tenía en la cabeza. No encontré la historia de amor por ninguna parte, ni siquiera fui capaz de burlarme del personaje de Humbert Humbert, retratado de forma tan patética y miserable. Solo pude leer un relato de pedofilia que se me atragantó en muchos momentos. Siempre había pensado que cada libro tiene su momento, pero desde Lolita sé que hay historias que para mí nunca podrán tener su momento.

lo mejor
Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie. Aunque suene a broma, conocí a Chimamanda Ngozi Adichie gracias a una canción de Beyoncé. Su voz suena en ***Flawless, que utiliza un extracto de la charla We should all be feminists de esta escritora nigeriana. Escuché la conferencia y me cayó bien. Leí su último trabajo, Americanah, y me gustó su franqueza, a veces descarnada y a veces salpicada de humor e ironía, al abordar temas como el racismo, la desigualdad o la pobreza.

La trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Aún hoy sigo sin saber exactamente de qué va este libro. Son tres historias, con la ciudad de Nueva York como escenario y con un misterio que resolver —en ocasiones por detectives profesionales y otras, por meros aficionados— como excusa para escribir. Auster no descifra ninguno de los enigmas y lo único que se me ocurre es que La trilogía de Nueva York habla de personajes que se pierden a sí mismos mientras están buscando algo.

Fangirl, de Rainbow Rowell. Este ha sido el año en el que me he hecho fan de Rainbow Rowell. Me había gustado Eleanor & Park, pero con Fangirl me uní definitivamente a su club de seguidores. Es todo un homenaje al mundo fanfiction, que para mí ha sido una constante y, a veces, también un refugio y una escuela de escritura desde mi adolescencia. Era imposible que un libro así no me gustara. La reseña, aquí.

Attachments, de Rainbow Rowell. Para seguir fangirleando con esta autora, que me enamora con todo lo que escribe. Me gusta que a partir de situaciones sencillas y cotidianas, sea capaz de crear historias que te envuelven y personajes con los que es inevitable empatizar. Attachments, su primera novela, es un buen ejemplo de ello.

A sangre fría, de Truman Capote. Increíble de principio a fin. Lo terminé el día de Navidad y su recuerdo todavía no me ha abandonado. Me he sentado un par de veces a escribir la reseña, pero no he sido capaz de ordenar mis pensamientos. Solo sé que es tremendamente complicado reescribir un crimen real, cuyo final todos sabemos antes de empezar a leer, y enganchar de la manera en que lo hace Capote.

Jane Eyre, de Charlotte Brontë. No tenía ninguna duda de que esta había sido mi mejor lectura del año, que se ha convertido además en uno de mis libros favoritos. Por el señor Rochester, sí, pero sobre todo por su protagonista. Jane Eyre es la definición de la heroína perfecta, del personaje complejo que te atrapa y te hace sufrir y respirar aliviada durante todo el viaje que una emprende al comenzar a navegar por sus páginas. Jane Eyre es además un grito feminista y por la igualdad que está muy lejos de ser una simple historia de amor.




Nuevos vecinos en la estantería #5

domingo, 28 de diciembre de 2014



¿Qué tal las fiestas? ¿Sobrevivimos a los empachos? Yo a duras penas. Por suerte el otro día me encontré debajo del árbol unos cuantos libros que ya esperan hueco en la estantería. Os dejo la foto de grupo y os cuento un poco de ellos, como siempre en riguroso orden de aparición.

Blacksad. Amarillo, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido. Es, por el momento, el último volumen de la serie de cómics Blacksad, historias de novela negra que protagoniza un detective con forma de gato. Solo he leído el primero, así que este de momento se queda a la espera de que me haga con el resto.

El impostor, de Javier Cercas. Tengo el mal hábito de apenas leer autores españoles, mucho menos novedades porque el bolsillo no me da para tanto. Pero con este libro me picó la curiosidad al escuchar una entrevista en la radio a su protagonista: Enric Marco, un nonagenario barcelonés que durante décadas se hizo pasar por un superviviente de los campos de concentración nazis.

Sombra y hueso, de Leigh Bardugo. El primero de la trilogía Grisha, que mezcla fantasía, con elementos de la cultura rusa y un triángulo amoroso juvenil. Me lo he ventilado ya en apenas un día, me lo esperaba mejor (a ratos la protagonista huele un poco a Mary Sue), pero por lo menos es muy entretenido, así que me apunto el siguiente en la lista para los Reyes Magos.

Homenaje a Cataluña, de George Orwell. 1984 es uno de mis libros favoritos, pero nunca leí nada más de Orwell, no se muy bien por qué. 2015 está para ponerle remedio.

El lémur, de Benjamin Black. Una historia de asesinatos y misterios que comienzan a salir a la luz cuando un periodista retirado recibe el encargo de escribir la biografía de su suegro, exagente de la CIA reconvertido en magnate de la comunicación. Ahora mismo estoy con él, lectura ligera y rápida de apenas 200 páginas.

American gods, de Neil Gaiman. Me da miedo por el tocho considerable que es, porque llevo ya tiempo queriendo hincarle el diente a algo de este autor del que solo leo cosas buenas y porque no quiero que me decepcione.

Sentido y sensibilidad, de Jane Austen. Para empezar el año de lecturas con Austen, que sé que nunca me falla.

Reseña: My true love gave to me, editado por Stephanie Perkins

miércoles, 24 de diciembre de 2014


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McMillan's Children Books | 2014 |  355 páginas

On the first day of Christmas, my true love gave to me ...This beautiful collection features twelve gorgeously romantic stories set during the festive period, by some of the most talented and exciting YA authors writing today. The stories are filled with the magic of first love and the magic of the holidays.


Reseña

Hay un problema con la comida en Navidad. Te entra por los ojos, que se te llenan antes que el estómago, y el resultado final suele ser el de empacho. Con My true love gave to me me ocurrió algo parecido. La edición no podía ser más bonita. Tapa dura (¡por solo 10 euros!), portada azul, con detalles dorados y luces rosas navideñas. El borde de las hojas va pintado en el mismo color rosa; sacar en libro en el metro podía ser una tarea de riesgo, pero en la estantería quedaba tan bien... Y lo mejor: el resumen. Doce historias de amor en Navidad escritas por otros tantos autores de literatura juvenil, empezando por la ídola Rainbow Rowell. Me parecía imposible empacharme con algo así. Pero ocurrió.

Hay otro problema con la comida en Navidad. El postre. Una fuente llena de dulces donde, si metes la mano sin prestar demasiada atención, puedes sacar ese polvorón de sabor espantoso que acabas odiando todos los años. A My true love gave to me también le pasa algo parecido. Entre las doce historietas, hay relatos prácticamente perfectos, otros ligeramente mediocres y algunos directamente para olvidar.

El libro arranca con una de esas historias de diez. La de Rainbow Rowell, que nos cuenta los ires y venires de un par de amigos del instituto separados por la universidad, jugando con el tiempo y situando la acción en diferentes fiestas de Nochevieja. Matt de la Peña consigue hablar de racismo sin que el tema chirríe en un relato sobre dos universitarios que se quedan aislados en el mismo edificio por una tormenta en Nueva York durante la semana de Navidad. Y Laini Taylor cierra la fiesta con una historia que rompe con la tónica del libro (casi todo son cuentos realistas y contemporáneos), llevando a sus personajes a un mundo imaginario, con una prosa y un estilo que la diferencian de sus compañeros.

Mi romance favorito fue, sin duda, el que firma Stephanie Perkins, todo un descubrimiento para mí y a la que ficho para leer algo suyo el año que viene porque en apenas unas páginas consigue crear magia entre dos personajes que enganchan y que tienen toda una historia de lo más creíble detrás. Además de que me resultó divertida y muy fresca escribiendo.

La parte mala de esa fuente de dulces romanticones es que hay varios relatos que flojean y bajan el nivel general. Me sorprendió para mal Jenny Han, a la que ya tenía echado el ojo por el éxito de A todos los chicos de los que me enamoré. Su historia es amarga y dibuja a una protagonista (la hija adoptada de Papá Noel) bastante odiosa. David Levithan escribe un episodio que no tiene ni pies ni cabeza y, peor aún, apenas emoción (un joven que se hace pasar por Papá Noel para la hermana pequeña de su novio), y Myra McEntire cae en los clichés más soporíferos juntando en un belén viviente al chico malo del instituto con la hija modélica del pastor.

Mi error quizás fue leerme My true love gave to me del tirón, como si fuera una novela al uso y no una serie de relatos cortos. Cada final te exigía desprenderte de unos personajes que solo habías conocido durante escasas 20 páginas para adentrarte en otra historia y ubicarte de nuevo. Lo mejor habría sido leer un relato cada día o cada semana para ir entrando en el espíritu navideño poco a poco y evitar la sensación de empacho mientras pasaba las páginas. Porque ahí dentro hay nieve, noches frías y papás noeles en cantidades industriales.

A pesar de todo, lo recomiendo para leer estos días porque realmente la mayoría de las historias tienen el tono festivo y romántico perfecto para estas fechas, aunque es aconsejable es proceder con precaución. Y me imagino que después del 6 de enero tiene que resultar demasiado marciano leerlo, casi como desayunar con el periódico del día anterior.



lo mejor
Stephanie Perkins y Rainbow Rowell. Que las historias nos ponen a punto perfectamente para estas fechas. La posibilidad de descubrir a autores que no conoces. La edición.
lo peor
Algunos relatos son más flojos y le restan puntos al conjunto. Leerlo del tirón puede resultar pesado. De momento, solo está en inglés, pero como suele ocurrir con la literatura juvenil, es bastante asequible.



Cinco libros para... leer bajo el árbol de Navidad

lunes, 22 de diciembre de 2014



Voy a customizar el famoso Top Ten Tuesday que organiza el blog The Broke and The Bookish porque no me da la vida para seguir el ritmo y porque las listas de diez libros se me hacen interminables, así que de vez en cuando dejaré por aquí una recopilación de cinco libros para... en esta ocasión lo que toca, leerlos debajo del árbol.

Me ha salido una lista variada y sin mucho sentido, algunos los he leído ya y otros los sumo a mi estantería de pendientes:

Canción de Navidad, de Charles Dickens. Para empezar por lo obvio y por lo clásico. Aunque me sepa de memoria la historia del señor Scrooge, todavía no la he leído. Estoy buscando una edición bonita para leerla ahora en vacaciones, pero no encuentro ninguna que me convenza.

Mujercitas, de Louisa May Alcott. Siguiendo con los clásicos, apunto también Mujercitas a la lista. Leído ya en la prehistoria de mi infancia, apenas me acuerdo de nada, excepto que a Jo la amaba y la odiaba según la página en la que me encontrara. 

My true love gave to me, editado por Stephanie Perkins. Uno de mis nuevos vecinos en la estantería. Son doce historias de amor navideñas escritas por otros doce autores de literatura juvenil. Leído ya también, en breve subo la reseña. Hay relatos muy buenos y otros no tanto, pero merece la pena echarle un ojo. Aunque solo en estas fechas, en otro momento creo que me daría mucha pereza porque contiene una sobredosis importante de Navidad.

Un recuerdo navideño, de Truman Capote. Aprovechando que estoy leyendo A sangre fría, me apunto en la lista este cuento que nos devuelve la memoria y los recuerdos de la infancia de Capote en Alabama. 

Harry Potter y el cáliz de fuego, de J. K. Rowling. Y aquí está la parte de las elecciones sin sentido porque las Navidades aparecen en los siete cursos de Hogwarts, pero las de El cáliz de fuego (mi libro favorito de la saga) siempre me han parecido las más especiales por ese baile para "confraternizar con el enemigo" en mitad del Torneo de los Tres Magos. Y así aprovecho e inauguro mi etiqueta de Harry Potter en el blog, que ya era hora.

¿Cuáles son vuestras recomendaciones navideñas?

Reseña: Blacksad. Un lugar entre las sombras, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido

sábado, 20 de diciembre de 2014


Díaz Canales y Guarnido. Norma Editorial. 2001. 48 páginas

Estos dos jóvenes autores españoles entran por la puerta grande del mundo del cómic con el primer álbum de una nueva serie que dará mucho que hablar. Género policiaco con animales antropomórficos en un ambiente de serie negra magistralmente ilustrado por Juanjo Guarnido.

"Hay mañanas en las que cuesta más trabajo digerir el desayuno. Sobre todo si amaneces frente al cadáver de un viejo amor...". La frase con la que arranca Un lugar entre las sombras, el primer volumen de la serie de cómics Blacksad, establece perfectamente el tono de la historia y deja sobre la mesa sus ingredientes básicos: un detective bien bregado en los bajos fondos de una gran ciudad y una joven actriz, con la que tuvo una relación en el pasado, que aparece muerta en su lujosa mansión. Argumento de manual de cualquier novela negra, con la salvedad de que ese detective, John Blacksad, es un gato. Bien elegante y siempre con su gabardina a cuestas, para más señas.

Por las calles de lo que parece ser el Nueva York de los años cincuenta desfilan personajes directamente sacados de la lista de básicos para construir una novela negra. La bella actriz con toques de femme fatale (una gata), el comisario firme pero dispuesto a lo que sea para cazar al asesino (un pastor alemán, por supuesto), el principal sospechoso que se mueve sibilino entre las sombras (una serpiente)... Todos son antropomórficos y, de alguna forma, el animal elegido para representarlos se adapta a la perfección al papel que juegan en la historia.

Lo más sorprendente es, sin embargo, el modo en que el trazo de Juanjo Guarnido (que ha trabajado, por ejemplo, como animador para películas de Disney como Hércules o Tarzán) consigue dibujar todo tipo de emociones en el rostro de sus personajes y que el enfado, la ira o la desolación resulten perfectamente humanas en la cara de un gato, un perro, un león o lo que se le ponga por delante.

El guión, que lo firma Juan Díaz Canales, sigue un hilo argumental corto, sin demasiadas complicaciones ni giros inesperados. Los malos son quienes uno se puede esperar y los buenos hacen todo lo que uno podría pensar que harían para resolver el enigma. Blacksad se mueve entre ese guión lleno de lugares comunes de cualquier novela negra y un dibujo extraordinario. Lo de los lugares comunes no le resta apenas al conjunto. El disfrute, más que en esperar vueltas de tuerca en el argumento, está en detenerse en los detalles de cada viñeta: los rascacielos, las mujeres exuberantes, las pistolas y las gabardinas, la acción constante acción, los cigarrillos y los bares de mala muerte. Lo que decía, novela negra de manual pero dibujada con una maestría que atrapa.

Y una nota al pie: Blacksad ha ganado este año el Premio Nacional de Cómic en España, pero fue la editorial francesa Dargaud la primera en apostar por la historia y publicó este primer volumen en el año 2000. Por cierto, que uno de sus creadores, Díaz Canales, se agarró un cabreo de lo más coherente cuando, sin haber recibido prácticamente ningún apoyo en España, alguien decidió incluirles en la página web de Marca España. Por presumir del esfuerzo ajeno, que no quede. Yo ya tengo los siguientes cuatro volúmenes apuntados en la lista para los Reyes Magos.

Lo mejor: El dibujo, el detalle con el que está ideado ese ambiente sórdido y oscuro de una gran ciudad en los años cincuenta, la maestría para tratar con animales y que sus expresiones resulten tan humanas.
Lo peor: El guión es la parte más floja, pero la combinación con el dibujo prácticamente salva cualquier error.


Nuevos vecinos en la estantería #4

sábado, 6 de diciembre de 2014

Mis nuevas adquisiciones. Algunas ya las he mencionado por aquí, pero ahí van en la foto (navideña) de grupo...

Blacksad. Un lugar entre las sombras, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido. Leído ya, al pobre no se le ve casi, está enterrado por los demás en la parte de abajo del gif. Un lugar entre las sombras es el primer volumen de una serie de cinco cómics que protagoniza John Blacksad, un gato muy elegante que no se quita nunca la gabardina de encima y resuelve crímenes en los Estados Unidos de los años cincuenta. Suena raro, pero sobre el papel el resultado es genial.

Reportajes, de Joe Sacco. Más cómic, aunque esta vez en el terreno del periodismo. Otra mezcla que puede resultar rara, pero tiene una pinta tremenda. Recopila varios reportajes que Sacco ha publicado en prensa. Sus dibujos viajan a conflictos y países como Irak, Palestina o los inmigrantes africanos que intentan llegar a Europa.

Half of a yellow sun, de Chimamanda Ngozi Adichie. En verano me leí el último libro de esta escritora nigeriana, Americanah, y casi desde las primeras páginas se convirtió en uno de mis descubrimientos del año. Half of a yellow sun se sitúa en su Nigeria natal, en mitad de la guerra civil que dividió al país en los años sesenta, para contar la historia de tres vidas que se entrecruzan. Yo lo compré en inglés, pero está traducido al español.

Attachments, de Rainbow Rowell. No puedo para de leer novelas de Rainbow Rowell. Después de Fangirl y Eleanor & Park, ahora mismo me estoy devorando su debut, Attachments, que creo que de momento solo está en inglés. Habla sobre nerds, correos electrónicos en los noventa y la redacción de un periódico local a punto de entrar en la era digital. Me encanta.

My true love gave to me, editado por Stephanie Perkins. Doce historietas cortas escritas por otros tantos autores de literatura juvenil con dos ingredientes en común: el amor y la Navidad. Tengo muchas ganas de hincarle el diente. Ahora que ya he puesto el árbol, me parece apropiado empezar a leerlo. Y sí, entre esos doce autores está Rainbow Rowell.

Ahí están, en riguroso orden de aparición. Las pinzas de Papá Noel son solo para el atrezo.

Reseña: Lo siento, Leonard Peacock, de Matthew Quick

jueves, 4 de diciembre de 2014


Matthew Quick. Planeta. 2013. 302 páginas

El día en que cumple dieciocho años, Leonard Peacock decide acabar con su vida. El mundo adulto le parece triste; cuando las personas crecen caen en una rutina de desilusión que él quiere evitar. Ha conseguido una pistola P-38, herencia de la lucha de su abuelo contra los nazis en Europa, con la que se pegará un tiro. Pero antes tiene que entregar cuatro regalos, uno para cada persona importante de su vida.

Hay libros que tienen títulos muy bien puestos y Lo siento, Leonard Peacock es uno de ellos. Mientras lees, no puedes evitarte sentirte mal, muy mal, por su protagonista, un joven dispuesto a suicidarse el día de su cumpleaños. Porque algo funciona horriblemente cuando el único referente paterno de un adolescente es su vecino, un anciano con el que el chaval pasa las tardes viendo películas de Bogart. Algo está estropeado si ni siquiera la madre de Leonard es capaz de acordarse de que hoy es el cumpleaños de su hijo.

El libro es cortito, se lee en un suspiro y toca mil temas complicados, con sensibilidad y, al mismo tiempo, humor amargo: el acoso escolar, el suicidio, los padres ausentes, la homosexualidad, el paso de la adolescencia al aterrador mundo de los adultos. Pero, sobre todo, es una historia de soledad, la de un adolescente invisible para todos los que le rodean. Leonard dice estar decidido a suicidarse con la pistola de su abuelo, pero sus acciones demuestran que lo único que busca es una mano que le ayude a salir del agujero que está cavando para luego enterrarse dentro. No hace más que dejar pistas sobre sus planes, con la esperanza de que alguien los descubra, de que alguien se acuerde de que es su cumpleaños y le felicite.

Mi gran pega es que alguno de los personajes están demasiado estereotipados. La madre de Leonard, por ejemplo, una diseñadora de moda que vive a kilómetros de su hijo, egoísta e incapaz de ver todas las cosas que van mal, me resultó demasiado inverosímil. Hay otros, como Herr Silverman, el profesor de Historia de Leonard, que son una maravilla. Y luego está el propio Leonard. Depresivo, sarcástico, autodestructivo y con cierta tendencia a hacer sentir mal a los demás para luego sentirse mal él. A veces, es difícil conectar con Leonard. Otras, solo deseas que las cosas le vayan bien.

Es el segundo libro de Matthew Quick que leo, después de El lado bueno de las cosas, que me encantó. Los dos tienen en común que su protagonista tiene algún tipo de problema mental y está sobrepasado por su propia vida. Pero mientras en el primero te reías a carcajada limpia (de esas carcajadas de reír por no llorar, pero carcajadas al fin y al cabo), en Lo siento, Leonard Peacock apenas sacas una media sonrisa porque el protagonista está tan perdido y tan al fondo del agujero que hasta te sientes mal por reírte de sus comentarios sarcásticos.

Lo mejor: El estilo de Quick, que va enlazando escenas con una fluidez y una naturalidad envidiables. El toque de humor amargo que consigue darle a sus historias. La valentía con la que aborda temas espinosos.
Lo peor: Algunos personajes, como los padres de Leonard, caen demasiado en los tópicos y le restan credibilidad a la historia. Resulta difícil conectar con el protagonista.


Recuento #2: Noviembre 2014

lunes, 1 de diciembre de 2014

Recuento de los libros leídos este mes. Ha sido productivo, aunque solo sea para salvar el año (y lo mal que voy con mis retos). Lo malo es que no he encontrado nada que me haya enamorado... excepto el primer cómic de Blacksad, que es una maravilla (reseña en breve).

Aquí va la lista de los que he comentado: