Díaz Canales y Guarnido. Norma Editorial. 2001. 48 páginas
Estos dos jóvenes autores españoles entran por la puerta grande del mundo del cómic con el primer álbum de una nueva serie que dará mucho que hablar. Género policiaco con animales antropomórficos en un ambiente de serie negra magistralmente ilustrado por Juanjo Guarnido.
"Hay mañanas en las que cuesta más trabajo digerir el desayuno. Sobre todo si amaneces frente al cadáver de un viejo amor...". La frase con la que arranca Un lugar entre las sombras, el primer volumen de la serie de cómics Blacksad, establece perfectamente el tono de la historia y deja sobre la mesa sus ingredientes básicos: un detective bien bregado en los bajos fondos de una gran ciudad y una joven actriz, con la que tuvo una relación en el pasado, que aparece muerta en su lujosa mansión. Argumento de manual de cualquier novela negra, con la salvedad de que ese detective, John Blacksad, es un gato. Bien elegante y siempre con su gabardina a cuestas, para más señas.
Por las calles de lo que parece ser el Nueva York de los años cincuenta desfilan personajes directamente sacados de la lista de básicos para construir una novela negra. La bella actriz con toques de femme fatale (una gata), el comisario firme pero dispuesto a lo que sea para cazar al asesino (un pastor alemán, por supuesto), el principal sospechoso que se mueve sibilino entre las sombras (una serpiente)... Todos son antropomórficos y, de alguna forma, el animal elegido para representarlos se adapta a la perfección al papel que juegan en la historia.
Lo más sorprendente es, sin embargo, el modo en que el trazo de Juanjo Guarnido (que ha trabajado, por ejemplo, como animador para películas de Disney como Hércules o Tarzán) consigue dibujar todo tipo de emociones en el rostro de sus personajes y que el enfado, la ira o la desolación resulten perfectamente humanas en la cara de un gato, un perro, un león o lo que se le ponga por delante.
El guión, que lo firma Juan Díaz Canales, sigue un hilo argumental corto, sin demasiadas complicaciones ni giros inesperados. Los malos son quienes uno se puede esperar y los buenos hacen todo lo que uno podría pensar que harían para resolver el enigma. Blacksad se mueve entre ese guión lleno de lugares comunes de cualquier novela negra y un dibujo extraordinario. Lo de los lugares comunes no le resta apenas al conjunto. El disfrute, más que en esperar vueltas de tuerca en el argumento, está en detenerse en los detalles de cada viñeta: los rascacielos, las mujeres exuberantes, las pistolas y las gabardinas, la acción constante acción, los cigarrillos y los bares de mala muerte. Lo que decía, novela negra de manual pero dibujada con una maestría que atrapa.
Y una nota al pie: Blacksad ha ganado este año el Premio Nacional de Cómic en España, pero fue la editorial francesa Dargaud la primera en apostar por la historia y publicó este primer volumen en el año 2000. Por cierto, que uno de sus creadores, Díaz Canales, se agarró un cabreo de lo más coherente cuando, sin haber recibido prácticamente ningún apoyo en España, alguien decidió incluirles en la página web de Marca España. Por presumir del esfuerzo ajeno, que no quede. Yo ya tengo los siguientes cuatro volúmenes apuntados en la lista para los Reyes Magos.
Lo mejor: El dibujo, el detalle con el que está ideado ese ambiente sórdido y oscuro de una gran ciudad en los años cincuenta, la maestría para tratar con animales y que sus expresiones resulten tan humanas.
Lo peor: El guión es la parte más floja, pero la combinación con el dibujo prácticamente salva cualquier error.
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