Reseña: Por los pelos, de Marian Keyes

viernes, 18 de octubre de 2013


Marian Keyes. Random House Mondadori. 1999. 588 páginas

Tara: treinteañera con problemas de autoestima y un novio que se dedica a criticarla. Katherine: treinteañera incapaz de aventurarse a tener cualquier clase de relación con un hombre. Fintan: treinteañero gay con pareja que trata de ayudar a sus amigas para que sean felices. Preocupaciones comunes: una pareja estable, el sexo, el peso y el empleo. Aficiones comunes: emborracharse juntos y contarse sus más íntimos secretos. La última oportunidad: llegará a través de los deseos de un moribundo.

Con Marian Keyes, la única duda que tengo siempre es cuánto esperar entre libro y libro. Y cuál leer a continuación. Nunca me falla, y además de tener la habilidad de hacerte pasar de la carcajada a la lágrima en la misma página, es capaz de construir tramas y personajes muy reales y de tratar los temas más serios desde la perspectiva del humor, pero sin parecer que se ríe de los problemas.

Por los pelos cuenta la historia de tres amigos que están a punto de condenarse a una vida infeliz si no lo remedian antes. Los tres se conocieron en la infancia, en su Irlanda natal, y los tres aterrizaron juntos en Londres cuando apenas tenían veinte años. Ahora, recién estrenada la treintena, cada uno ha acumulado sus propios traumas: Tara, que cree estar gorda y tiene un novio machacón que la obliga a hacer dieta "por su bien" y al que se ve incapaz de dejar; Katherine, una reina de hielo incapaz de establecer una relación con un hombre; y Fintan, cuya repentina enfermedad trastocará el mundo de los tres y les enseñará que la vida da segundas oportunidades, pero sólo a los valientes dispuestos a aprovecharlas.

El encanto del libro es culpa de sus tres protagonistas, que se hacen de querer y tienen todos ellos rasgos que te recuerdan a alguien que conoces en la vida real. Fintan es el nexo de unión entre Tara y Katherine, que no pueden ser más distintas entre sí. Tara está obsesionada con la comida, salta de relación en relación porque es incapaz de estar sola y todos los días se propone sin éxito ponerse a dieta e ir al gimnasio. Y Katherine es una mujer ordenada, modélica, con la vida totalmente estructurada y alérgica a los hombres, hasta que encuentra a la horma de su zapato en el trabajo. 

La redacción, como en cualquier libro de Marian Keyes, es fresca y muy ágil, los diálogos son ocurrentes y divertidos aunque sin perder realismo, la trama tiene algún que otro giro que se ve venir, pero que también se agradece porque le da algo más de vida al argumento, y a los tres protagonistas les acompañan varios personajes secundarios que enriquecen la historia. 

Es un libro que se lee de una sentada, perfecto para pasar un buen rato con una lectura agradable, pero también para reflexionar sobre el amor, sobre la enfermedad, sobre la amistad y sobre cómo la vida nos lleva por caminos que nunca habríamos previsto, pero que uno siempre está a tiempo de corregir. No es un libro chick-lit al uso, en el que las protagonistas llevan vidas envidiables y sus mayores preocupaciones son los hombres y la falta de saldo en sus múltiples tarjetas para comprarse el enésimo par de zapatos que, en realidad, no necesitan. Aquí, los personajes son imperfectos, se enfrentan a la enfermedad y a sus propios errores y al final, uno se implica tanto con ellos, que lo único que desea es que les vaya bien en la vida.

  • Lo mejor: el humor, las ocurrencias de Tara, lo bien que acompañan los personajes secundarios a los protagonistas y lo mucho que uno se implica con la historia.
  • Lo peor: el comienzo es algo lento y el novio de Tara es absolutamente detestable, tanto que es el único personaje que no me parece tan real.


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