Georgie McCool sabe que su matrimonio está en peligro. Lo ha estado desde hace mucho tiempo. Todavía ama a su marido, Neal, y Neal todavía la ama a ella, profundamente, pero eso ahora ya casi que no viene al caso. Quizás nunca vino al caso. Dos días antes de ir a visitar a la familia de Neal en Omaha por Navidad, Georgie le dice a Neal que no puede ir. Escribe guiones para la televisión y algo ha ocurrido con su serie; tiene que quedarse en Los Ángeles. Sabe que Neal se va a disgustar con ella -Neal siempre está un poco disgustado con Georgie-, pero lo que no espera es que él haga las maletas y vuelva a casa con sus hijas y sin ella.
¿Qué harías si tuvieras línea directa, en el sentido más literal posible, con el pasado? ¿Qué harías si, en vez de hablar con tu yo anterior, te dieran la oportunidad de hablar con alguien del pasado siendo tu yo (no tú, yo... menudo lío) del presente? Este es el embrollo existencial tiempo-espacio en el que se mete Rainbow Rowell en su última novela. Un viaje al pasado que, en realidad nunca, llega a ser un viaje al pasado, con un matrimonio a punto de romperse como excusa. El libro fue, además, elegido el mejor título de ficción de 2014 por los lectores de Goodreads.
Georgie McCool escribe guiones de televisión. A dos manos, con su amigo y alma gemela desde la universidad. Ambos están a punto de conseguir su propio show... justo en el momento en que la vida real se interpone entre ellos y sus planes. Y la vida real de Georgie no es poca cosa: sus dos hijas, la Navidad que iban a celebrar en la otra punta del país y su marido, con el que cada vez se entiende peor. Tanto, que cuando ellos se van a Omaha y la dejan sola en Los Ángeles, Georgie ni siquiera sabe si siguen juntos, aunque atascados en un tremendo bache, o si él la acaba de dejar.
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Hasta que leí Landline.
No me meto en la parte del argumento farragoso: un viaje en el tiempo que nunca llega a ser tal con una conclusión previsible, pero que hasta tiene su gracia. El principal fallo, y me duele porque es aquello en lo que consideraba a Rowell una maestra, son los protagonistas. Ya en la treintena larga, sus voces no suena en absoluto como las de un adulto. Parecen más bien personajes a los que la autora ha querido darles una edad superior a la que les corresponde. Georgie llega incluso a resultar anodina, mientras que su marido Neal no consigue en las 300 páginas pasar de ser un gruñón casi desconocido para el lector. Al final, lo que ocurriera con su matrimonio me la traía bastante al pairo. Y eso nunca me había pasado con un libro de Rainbow Rowell.
Lo mejor: Todas las referencias culturales de las que se arma Rainbow Rowell en cada uno de sus libros y que le dan cuerpo y carácter al universo que crea. El diálogo, que siempre es fluido, y el estilo, que suena igual de ágil que de costumbre.
Lo peor: El libro pasa por tus ojos y ni la historia ni los personajes dejan algo de huella. Sus protagonistas en teoría son adultos, pero en la práctica parecen jóvenes. Y eso, en una novela adulta, es un grave problema.
No me digas que ha sacado otro esta autora? que prolífica, por dios. Bueno, auqnue este parece que no cala mucho...leyendo la sinopsis me recuerda más a un libro de comedia-romántico...no sé si le daría una oportinidad
ResponderEliminarHola^^
ResponderEliminarPues este no me llama mucho y por lo que veo (leyendo tu reseña), no me pierdo gran cosa así que por ahora lo dejaré pasar.
besos!
De este libro no había leído ninguna reseña (creo recordar) y la verdad es que tampoco me llama la atención, el argumento me resulta algo extraño y por lo que dices no se si me terminaría de gustar.
ResponderEliminarSaludos!
Mmm, hace un montón que lo tengo pendiente, pero por unas o por otras nunca me acabo animando. Aún no sé porqué la verdad, porque además Rainbow es una autora que me gusta. Tenían que traducir esta novela y la de Attachments jajaja, que creo que no le he dado una oportunidad aún porque aunque leo en inglés, siempre me acaba dando pereza.
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