La báscula #3: "Te sigo, ¿me sigues?" y otros éxitos del maravilloso mundo del spam bloguero

miércoles, 28 de octubre de 2015


Hoy tenía pensado publicar una nueva sopa de libros, pero estoy cabreada y los dedos me piden escribir sobre otra cosa. Habrá sido la casualidad o habrán sido los astros del spam que se han alineado en mi contra, pero en la última reseña que he publicado me han caído dos comentarios de autobombo, de esos que utilizan blogs ajenos como si fueran un tablón de anuncios para su uso y disfrute. Sí, de esos que solo se limitan a contarte que se han abierto un blog y así, como quien no quiere la cosa, dejan caer su dirección.

De leer el tuyo ni hablamos. No pierden el tiempo en formalismos y se pasan la buena educación internetil por el forro de sus... blogs. Qué menos que saludar, fingir que les interesa lo que escribes, incluso seguirte para a los cinco minutos dejar de hacerlo. Antes por lo menos disimulaban, hacían como que se leían el post, dejaban algún comentario genérico y sin sentido —"me ha gustado mucho la entrada, jaja" y luego ya te endiñaban la url de turno. Oye, que la diferencia no es mucha, pero al menos mantenían las formas.

Así que, en aras de la convivencia y con el objetivo de que se mantengan las buenas costumbres en la blogosfera, aquí va un breve y sencillo código de conducta para futuros spammers:

Código de conducta del bloguero spam
  • Saluda al llegar y despídete cuando te vayas, es de buena educación.
  • Antes de escribir tu comentario, deja unos cuantos clicks de propina en el blog. Al menos dale una alegría en forma de páginas vistas a tu sufrida víctima.
  • Cuando comentes, muestra interés (aunque sea fingido) por tu anfitrión, él te lo agradecerá.
  • Ten en cuenta que la vieja fórmula del "Te sigo, ¿me sigues" es un arma de doble filo. Te seguiré si me gusta tu blog. Tu blog no me va a gustar si haces spam en el mío.
  • Ten empatía. Si vas a hacer autobombo en la casa de otro, piensa en el pobre bloguero que se ilusiona cuando ve que tiene un nuevo comentario. Piensa en su decepción cuando abra el correo y descubra que lo único que recibe a cambio de su esfuerzo es spam. Él nunca lo haría.
  • Ignora todo lo anterior y ahórrate el spam.

En fin, que diréis que para qué armo tanto escándalo, para qué sobre un tema que está tan trillado. Pues no tengo ni idea. En realidad estoy bastante insensibilizada con el tema cuando el autobombo me llega al correo o a Twitter. Pero en el blog es como si me dejaran la basura ajena en la puerta de mi casa. Aquí todos sabemos lo complicado que es levantar una página desde cero y algunos incluso seguimos en esa primera fase en la que intentamos darnos a conocer y llegar a más lectores sin joder al prójimo por el camino. Así que el hecho de que utilicen mi blog, en el que invierto mucho tiempo y esfuerzo, como si fuera la sección de contactos del periódico, saca lo peor de mí.

Y sí, yo también recurro a la táctica de comentar en otros blogs para darme a conocer (sin dejar mi url nunca, la gente es lista y si le intereso sabe dónde encontrarme). Y me encanta que en el mío comente gente nueva para descubrir otros rincones de la blogosfera. Pero si sigo a alguien o escribo en uno de sus posts no es para intercambiar lectores como si estuviéramos jugando a los cromos, sino porque realmente me ha interesado lo que dice y porque creo que tengo algo que aportar con mis comentarios (me leo la entrada antes y tal).

Hasta aquí la rabieta. Tenéis los comentarios para desfogaros, tacharme de gruñona o hacerme spam hasta el infinito y más allá.

Reseña: A todos los chicos de los que me enamoré, de Jenny Han

domingo, 25 de octubre de 2015


Destino  2014  384 páginas


Lara Jean guarda sus cartas de amor en una caja. No son cartas que le hayan enviado, las ha escrito ella, una por cada chico de los que se ha enamorado. En ellas se muestra tal cual es, porque sabe que nadie las leerá. Hasta que un día alguien las envía por equivocación y la vida amorosa de Lara Jean pasa de «imaginaria » a estar totalmente fuera de control.



Reseña

Empecé este libro porque necesitaba mi ración de YA noño, pero sabía que me iba a decepcionar. No me equivoqué en ninguna de las dos cosas: es noño y me decepcionó... aunque no por estar tan recubierto de azúcar. Y eso que A todos los chicos de los que me enamoré tiene unas cuantas cosas que me gustan: un título largo que llama la atención, una portada bonita, buenos reviews y la promesa de una historia entretenida y fácil de leer. El planteamiento tenía, además, muy buena pinta. Lara Jean es una adolescente que escribe cartas a los chicos de los que se enamora. Pero no son cartas de amor, sino de despedida. No las envía, porque al igual que no son cartas de amor, tampoco son cartas para ser enviadas. En lugar de eso, las guarda todas en una caja en su armario.... hasta que un buen día desaparecen y acaban en el buzón de sus destinatarios.

Simini Blocker
Lo peor de este libro es que ese planteamiento supera todo lo demás. La historia en la sinopsis resulta ser mejor que la historia en las páginas. Creo que Jenny Han tenía una buena idea en la cabeza que luego no supo desarrollar bien. Creía que el libro iba a girar en torno al misterio de las cartas y cómo habían terminado en manos de quien no debían, pero toda esa parte de la trama solo aparece al principio, como una excusa para poner la acción en marcha, y al final, resuelto de forma demasiado rápida, como si al revisar lo escrito la autora se hubiera dado cuenta en el último momento que había dejado ese cabo suelto.

En lugar de centrarse en el misterio de las cartas, A todos los chicos de los que me enamoré se convierte en un carril de dos sentidos aburrido y trillado que circula entre los dos chicos que preocupan y ocupan a Lara Jean: Josh, el ex de su hermana y del que la protagonista creía haberse desenamorado hacía tiempo, y Kavinsky, el chico popular del instituto con el que finge tener una relación para que Josh no sospeche de sus sentimientos por él. En fin, drama típico de instituto sin mucho más que rascar y que ni siquiera me resultó entretenido. Los personajes me dieron igual y lo que ocurriera con ellos me importaba todavía menos.

Lo bueno, por destacar algo, es que el estilo de escritura es sencillo y al mismo tiempo pulido, por lo que las páginas y la historia desfilan rápido. Me gustó que la familia de Lara Jean tuviera una presencia muy importante y constante en el argumento. El mundo de la protagonista está, además, lleno de pequeños detalles que le aportan calidez al relato. Lo que no me explico es cómo un libro así, en el que no ocurre nada ni remotamente interesante en más de 300 páginas, puede dar para una segunda parte, P. S. I Still Love You, que se publicó en mayo en inglés. Y después de esta reseña que deja la historia por los suelos confieso que sí, lo leeré. Pero solo porque es corto (y porque tiene una portada igual de bonita y yo soy una incoherente).


lo mejor
La historia deja un regusto cálido muy agradable. El estilo es sencillo y el libro se lee rápido. La familia de la protagonista está muy bien construida, con multitud de detalles y pequeñas costumbres que le dan un buen toque al relato.
lo peor
No ocurre nada ni remotamente interesante. Los personajes tampoco lo son, ni el modo en que se desarrolla la trama, ni el camino que elige la autora para guiar la historia. La sinopsis resulta más atractivo que el propio libro.



Cinco lugares para... encontrar tu próximo libro favorito

jueves, 15 de octubre de 2015


Permitidme que tunee mi propia sección Cinco libros para... y la convierta en un recopilatorio de mis greatest hits sobre cómo dedico horas y horas a rastrear el fondo de Internet en busca de libros y autores nuevos que se escapan de lo que ya conozco. Vamos a huir de los tópicos (vagar por las librerías, Google, las recomendaciones de Amazon que nunca aciertan...) para encontrar lugares algo más atípicos donde puede estar escondido nuestro próximo libro favorito.

Y sí, me he dado cuenta de que el título de la entrada es el mismo que el lema de Goodreads justo después de haberla escrito. A mí se me ocurrió antes (claro).

1. adictos a las listas 

Es inevitable que empiece precisamente por Goodreads. Puede parece una opción muy evidente, pero además de ser útil para copietear lo que leen nuestros vecinos de estantería, esta red social en manos de Amazon esconde otro rincón al que está bien echar de vez en cuando un ojo para encontrar títulos desconocidos: sus listas. Ni solo sirven para votar, ni hablo de las típicas recopilaciones que ya nos sabemos de memoria: esos libros que todo el mundo debería leer al menos una vez en su vida, los mejores títulos de YA de todos los tiempos... En su sección Listopia hay cosas mucho más interesantes, como esta lista para empezar a leer fantasía en la que oh, sorpresa, los cinco tomos de Canción de hielo y fuego no copan los primeros puestos y que incluso tiene sublistas divididas por décadas. Las hay también para explorar literatura por países y continentes (India, África, Japón...), para proponerse leer a más mujeres escritoras o incluso para buscar libros con títulos de lo más poético.

2. libros wiki 

Creo que ya ha pasado la época en la que a todos nos daba vergüenza admitir que sacábamos datos de la Wikipedia, una mina de información que también sirve para descubrir nuevas lecturas. Aunque aquí no vale entrar a lo loco. Hay que llegar con los deberes hechos y con una idea en mente de lo que nos apetece explorar. ¿Que no tenemos ni idea de literatura victoriana y no sabemos por dónde hincarle el diente? La Wiki te lo explica todo y te da nombres de escritores para empezar a investigar. ¿Que nos gusta el rollo escritora-periodista de la última premio Nobel? En el artículo sobre Nuevo Periodismo hay una lista de autores similares para añadir a la estantería de pendientes. Como pequeño truco que ya todos sabréis, es muy recomendable echarle también un vistazo a las entradas en su versión en inglés porque suelen tener más información que en español.

3. #bookstagram

A mí los libros me entran por los ojos e Instagram es mi paraíso. Solo hay que escribir la etiqueta #bookstagram (o #books, o #bookshelf, o #instabook...) para empezar a salivar con fotos bonitas de portadas bonitas... que luego se traducen en más libros en la lista de pendientes. Mención especial se merecen las editoriales, las librerías y algunos autores (ejem, Rainbow Rowell), que inundan la red con sus novedades o con sus clásicos. A mí me pierde la cuenta de Barnes and Noble y, sobre todo, los mil perfiles que tiene abiertos Penguin: la general (en inglés) @penguinbooks, la juvenil @penguinteen, la que me hace babear con las nuevas ediciones de clásicos @penguinclasicos... En español se lo curra mucho la editorial dÉpoca (@depocaeditorial), que muestra todo el proceso que hay detrás de la producción de un libro en la imprenta y tiene una catálogo de lo más atípico lleno de esos títulos y autores de los que nunca había oído hablar que tanto busco.
Una foto publicada por @penguinclasicos el
















4. blogs para enmarcarlos

Me gusta leer blogs que están en sintonía con mis gustos y mis lecturas, pero me gusta todavía más leer esos blogs en los que por regla general no tengo ni idea ni de los libros ni de los autores de los que me hablan. He superado la fase en la que me sentía una lectora ignorante para pasar a aquella en la que me aprovecho de la sabiduría de otros blogueros. Me chiflan especialmente (ahí va el peloteo) Persiguiendo dragones, A través de otro espejo, Trotalibros y Crónicas en ferrocarril.

5. autores con premio

Vivo con la ilusión de que le den el Nobel a alguien que ya haya leído para así poder posturear, pero asumo que eso es algo que nunca va a pasar. Por lo menos me sirve para apuntarme nombres nuevos y luego someterles al tercer grado. Lo mismo ocurre con el resto de premios literarios gordos y, preferiblemente, que no tengan nada que ver con una editorial (Planetas no, gracias): el Booker, el Princesa de Asturias, el Cervantes... (y si queréis rastrearlos, la Wikipedia también tiene una lista para eso). A veces me quedo con los ganadores, en presente y en pasado, y otras con los autores que suenan para llevarse el galardón de turno. Los últimos que he anotado para investigar: Leonardo Padura, Amos Oz y Toni Morrison.

Resultado del sorteo por el segundo aniversario del blog

sábado, 10 de octubre de 2015


Hola, hola. Vengo con un día de retraso, pero ya tenemos ganador del primer sorteo que organizo para celebrar el segundo aniversario del blog...
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¡Enhorabuena!

Y gracias a todos por participar y, sobre todo, por dejarme comentarios y sugerencias para mejorar el blog. Tomo nota :)

Reseña: La reina roja, de Victoria Aveyard

jueves, 8 de octubre de 2015


Océano Gran Travesía 2015 480 páginas


Ambientada en un reino imaginario, esta novela nos muestra a una sociedad dividida por el color de la sangre. Por un lado está la gente común que tiene sangre roja; por el otro, aquellos que poseen sangre plateada y que tienen habilidades sobrenaturales. La protagonista es Mare, una chica de sangre roja que sobrevive en medio de la pobreza realizando pequeños robos. Cierto día, el azar la lleva a la corte, donde demuestra tener poderes especiales. Ello la convierte en una anomalía que llama la atención del mismísimo rey, que la hace pasar por una princesa.

Reseña

Hay algo que odio y a la vez disfruto: empezar a leer una saga que no está terminada (hablamos de casos razonables en los que esperas un libro por año... no de ti, Martin). Y si de sagas con bien de hype se trata, este año no hay quien le haga sombra a La reina roja, que consiguió llamar la atención de Hollywood antes incluso de que saliera a la venta (en inglés en enero y en español esta semana). Mare, su protagonista, vive en Norta, un reino dividido por el color de la sangre: en la parte baja de la jerarquía sobreviven a duras penas los rojos, meros mortales oprimidos y destinados a una existencia sumida en la pobreza; en la cúspide gobiernan los plateados, con poderes mágicos y organizados en un sistema de grandes familias con intereses enfrentados y bajo el mando de un rey. Cuando Mare acaba en el palacio real y por accidente descubre que ella, a pesar de su sangre roja, también tiene poderes, el monarca solo tiene un objetivo en mente: ocultar su identidad.

Esta es una de esas sagas que cogen un poquito de allí y otro de acá. La opresión y la sensación de constante vigilancia de otras series juveniles, como Divergente, o incluso de clásicos, como 1984. La creación de un mundo dividido en dos grandes grupos, el de los opresores y los oprimidos, separados por los poderes mágicos, algo que ya hizo Leigh Bardugo en la trilogía Grisha. La lucha de los débiles contra el poder establecido que guía Los juegos del hambre. Y aunque no he leído Red rising, sí me he topado con críticas que señalan que la cantinela aquella de separar a los personajes por el color de su sangre ya estaba inventada.

Mapa de Norta
A mí todas esas inspiraciones no me importan, siempre que no canten mucho y que los ingredientes estén bien cocinados. Pero en La reina roja creo que la cocción se queda a medias. Mare es una protagonista a medio gas, que engancha según la página y exaspera cuando cae en una ingenuidad algo exagerada. Al menos tiene determinación, es valiente y creo que puede dar mucho más de sí. Le rodea un enjambre de personajes que ocultan su verdadero rostro, de nobles y príncipes que se sonríen a la cara, mientras por la espalda se dan una puñalada (y vuelve la inspiración, porque esa lucha entre familias me recuerda a Canción de hielo y fuego). Hay, por supuesto, un triángulo amoroso totalmente prescindible, pero que sirve para alimentar algún que otro giro argumental inesperado.

El libro es uno de esos page-turners que tanto les gusta decir a los anglosajones. Lees y lees y, cuando te das cuenta, ya has terminado. Aunque me dejó esa sensación de una historia a medio cocer, durante la lectura encontré algo que me planteó un dilema moral. Sin hacer spoilers, sí puedo decir que hay un momento en el que Mare decide intentar dinamitar el sistema desde dentro y se une a un grupo de rebeldes que lo que hacen es... bueno, planear atentados terroristas. Creo que la palabra terrorismo no se llega a mencionar en el libro, pero la protagonista participa sin duda en uno de esos ataques. Es algo que no había visto hasta ahora en un libro juvenil: me vienen a la mente Los juegos del hambre y Divergente, pero en ambos casos la lucha contra el poder se planteaba más en términos de guerra y batalla. A ratos me pareció que en La reina roja el tema se trataba con demasiada ligereza, pero creo que al final la autora supo proyectar bien ese dilema moral (y sus consecuencias) en la mente de la protagonista y trasladarlo a los lectores.

Lo que más me desconcertó de este primer libro de la saga es el propio mundo en el que se desarrolla la historia: no alcanzo a averiguar si es una distopía futurista o un universo puramente fantástico. Hay magia, pero también cámaras. Hay reyes y un sistema de gobierno medieval, pero en los hogares se encienden televisiones y en las ciudades abundan las cafeterías. Creo que ese mundo en el que respira La reina roja queda en un esbozo. Algo similar me ocurre con la propia historia. Tampoco me preocupo. Es solo el principio. No me ha enamorado, pero tiene potencial para mejorar mucho.


lo mejor
Es solo el principio. La saga tiene mucho espacio para desarrollarse. El ritmo es rápido, hay giros (más o menos) inesperados y la protagonista tiene una determinación y valentía que no suele abundar en las novelas juveniles.
lo peor
Lo mismo: es solo el principio. Tanto la historia como el propio mundo en el que se desarrolla la trama no están bien explicados, sino que en este primer libro parecen más bien solo un atisbo de lo que la autora tiene en mente.

Nuevos vecinos en la estantería #8

domingo, 4 de octubre de 2015


Creo que este mes se me ha ido la mano rellenando huecos en las estanterías. Y sufro porque Leigh Bardugo acaba de publicar Six of crows y Carry on, de Rainbow Rowell está a punto de caramelo. Tendré que esperar a noviembre para volver a vaciar el bolsillo. Mientras tanto, ahí van mis nuevos vecinos en la estantería.

Saga Percy Jackson y los dioses del Olimpo, de Rick Riordan. Enterita. Para que no me vuelva a ocurrir eso de empezar una saga y quedarme con las ganas porque no tengo todos los libros en casa. En mi defensa diré que encontré la caja con las cinco partes a muy buen precio.

Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie. Un librito muy fino que en realidad es la versión revisada de su famosa charla TED.

La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne. Sigo sumando ediciones de Penguin Clásicos a la estantería y tachando clásicos de la lista de pendientes.

Corazón tan blanco, de Javier Marías. Mi lectura actual. Javier Marías me encanta como columnista, pero por alguna extraña razón, nunca le había leído como novelista. No llevo ni 100 páginas y de momento me está resultando una historia algo densa.

El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura. Del último Príncipe (Princesa, perdón) de Asturias de las Letras, todas las opiniones que he leído de este libro le ponen por las nubes. Y así aprovecho y, entre él y Marías, intento paliar mi déficit de autores que escriben en castellano.

To all the boys I've loved before, de Jenny Han. Para cubrir mi cupo de YA ñoño. Presiento que me va a decepcionar, pero igualmente tengo ganas de leerlo.

Recuento #8: Septiembre 2015

viernes, 2 de octubre de 2015

Se nos va septiembre, ya quedan apenas tres meses del año y mi barrita cruel de Goodreads me dice que (solo) llevo leídos el 57% de los libros que me propuse en enero. No me agobio. Septiembre ha sido un mes muy productivo y, sobre todo, un mes de fantasía. Me llevo una de mis mejores lecturas del año con El temor de un hombre sabio, la segunda parte de la trilogía inconclusa Crónica del asesino de reyes, y he vuelto a sumergirme en Poniente con los tres relatos cortos que George R. R. Martin ha reunido en El caballero de los Siete Reinos. Y eso que juré y perjuré que no le iba a dar más dinero hasta que publicara de una vez Vientos de invierno... se ve que mi palabra no vale de mucho.

Además, sigo poco a poco leyendo la obra de Jane Austen, le he hincado el diente otra vez a Capote (aunque con peores resultados que el genial A sangre fría) y he terminado un cómic que en realidad no es un cómic, sino una serie de reportajes escritos y dibujados por el periodista Joe Sacco. Me estrenaré con las foto-reseñas con él porque le necesitáis en vuestra vida.

Ahí va la lista y las reseñas ya publicadas:

Y una cosa más... este mes el blog ha cumplido dos años, así que tengo en marcha un sorteo para celebrarlo. Si queréis que se os pongan los dientes largos con los premios, solo tenéis que pinchar aquí.