Corazón tan blanco, de Javier Marías

Empecé Corazón tan blanco con esas expectativas tan altas y durante su lectura tuve que sortear unos cuantos baches. En las primeras 50 páginas lo único en lo que podía pensar es: "Voy a odiar este libro". En las últimas 50, tenía claro el resultado: es una de mis mejores lecturas del año. No sé en qué momento mi cabeza hizo clic y, de pelear con la prosa de Marías, pasé a enamorarme de ella. Pero menos mal que lo hice.
Su estilo es tan personal como complicado y al principio la historia me parecía que no tenía ni pies ni cabeza: un recién casado, acosado por el presentimiento de que algo malo va a ocurrir con su matrimonio, que además descubre que la primera esposa que tuvo su padre se suicidó poco después de regresar de su luna de miel. Suena algo telenovelesco, pero sobre el papel y al llegar al final resulta una novela redonda, llena de simbolismos que se repiten y que construyen y cierran todos los mimbres de la historia de forma espectacular.
Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie

Soy una ignorante de la literatura africana, pero hay una autora de la que no me canso de hablar en el blog (aparte de Rainbow Rowell, of course): Chimamanda Ngozi Adichie. De hecho, creo que la he mencionado en mistres últimas entradas, así de limitado es mi conocimiento y así de obsesiva soy. La conocí de la forma más tonta posible: gracias a una canción de Beyoncé, que sampleó un fragmento de Todos deberíamos ser feministas, una charla que dio esta escritora nigeriana en 2013 y que ahora se acaba de publicar en español.
Esta mini-reseña se debería reducir a un Chimamanda tiene razón en todo lo que dice. Pero además de tener razón, la autora de Americanah abandera un término tan denostado como el feminismo desde un punto de vista divertido, fresco y con un punto de ironía perfecto. El librito no llega a las 60 páginas, creo, se lee en dos viajes de metro y además merece la pena ver también la charla en Youtube. Y oye, que también soy flan de Beyoncé y este momento en los premios MTV con la voz de Chimamanda de fondo y el pelazo de la Beyon al viento mola: